La piedra natural, por su composición, puede ser sensible a los ácidos. Esto significa, que si utilizamos productos ácidos o si caen sobre la superficie de la piedra sustancias ácidas, la piedra natural sufrirá un ataque que se observará a la vista.
En este caso en particular nos encontramos con una piedra basalto, que es un tipo de granito que es sensible a los ácidos. Como normal general, las piedras oscuras suelen ser sensibles a este tipo de composición. Al ser una piedra oscura, cualquier ataque hará que se note mucho más que en una piedra clara.
Esta piedra natural se intentó limpiar, por desconocimiento, con un producto bastante ácido, y posiblemente sin humedecer previamente. El producto seguramente sería agua fuerte o algún derivado y como podemos observar el ataque es bastante grande. Lo que provoca el ácido son unas marcas de color blanquecino imposibles de quitar.
Los ataques ácidos no se pueden solucionar con productos de limpieza ya que es una “erosión” a la piedra. Lo que se puede hacer es pulir la piedra, cambiar la piedra o intentar disimularlo lo máximo posible. Lo que hicimos en este caso es realizar una prueba para ver hasta que punto podíamos “disimular” este ataque. Siempre es necesario hacer una prueba, porque cada piedra tiene una absorción diferente, e incluso diferentes productos pueden conseguir diferentes resultados.
Una vez, realizada la prueba lo que hicimos fue limpiar a fondo toda la piedra y esperar que secara antes de proceder a aplicar un producto de “efecto reavivante”. El resultado después de aplicar el producto a toda la zona y retirar el exceso, se puede decir que es satisfactorio. Importante mencionar, que la única manera de prevenir este tipo de situaciones es conocer la piedra y a ser posible siempre protegerla (aunque la protección nunca es contra ataques ácidos). Te dejamos con una galería de antes y después.
